Desarrollo conceptual de la propuesta:
“Todo espectador/visitante es de por sí actor de su historia, todo actor/museo, espectador de la misma historia”
Jacques Rancière, El espectador emancipado, 2010
“¿Cómo hacen los museos para dar voz a los miembros de su comunidad y cómo reacciona el público ante la posibilidad de crear y compartir contenido en museos y salas de exposición?” (Alderoqui en Salgado, M.2013:15)
Mariana Salgado nos ofrece una herramienta conceptual fundamental para pensar un museo abierto: la ecología de la participación, comprendiendo la conexión entre la pieza interactiva, las personas y las prácticas con los lugares.
La instalación del andamio para trabajar sobre la piedra, los guardacostas señalizados y las piezas sonoras y audiovisuales en las pantallas se imbrican con la idea de pensar un museo “donde la comunidad puede proveer material interpretativo que transforme a las exposiciones en espacios más representativos y donde la inclusión no sea un acto aislado sino parte de una estrategia institucional basada en los valores justos y democráticos que implican este tipo de proyectos. Creemos que disponer de una enorme piedra con la inscripción “…para nosotros, para nuestra posteridad y para todos los hombres del mundo…”, justo en el espacio en el que se ingresa al museo y en una sala llamada Cero, obtura, aparece mandatario, y reclama una cadena de significados a desandar, como quien quiere deshacer un nudo en la garganta… “dejando germinar palabras que digan matices, aquí no alcanzados, de los embriones de futuro que se anuncian más allá del sofocamiento” (Rolnik, S.2019:23)
¿Cómo cuestionar la normatividad? ¿Cómo emparejar esa voz dura que resuena de los constituyentes varones con las leyes ganadas y aún por lograr en la actualidad?
Ticio Escobar nos invita a pensar esa forma, colosal, imponente: “El arte no puede prescindir de la forma; pero quizá pueda desformarla. O reformarla: eximirla de sus cometidos trascendentales: considerarla resultado precario del trabajo histórico, perecedero, fruto del contexto” (Escobar, T. 2015)
Una falsa piedra, su representación en cemento, interpela desde la materialidad y desde lo textual. Taparla parcialmente, escenificarla “en obra” es poner en crisis la construcción conceptual de la propuesta estética y su significación.
Al respecto del fragmento del preámbulo grabado en la gran masa vertical y en sintonía con la invitación a miradas y voces de habitantes de distintos lugares del país, dispuestos a reflexionar para esta convocatoria, sostenemos que “a veces hay que retirar de la lengua una expresión y darla a limpiar para poder volver a ponerla en circulación”
(Wittgenstein en Escobar, T. 2015: 40) “La distancia estética abre el espacio de la mirada: el arte crítico supone una
política de la mirada. Y por ende una ética de la imagen.” (Escobar, T. 2015: 158)
Titular la escena con la expresión “Disposiciones transitorias” pensando en el registro del trabajo de las instituciones, no puede escindirse de una tarea de simbolización, elaboración, pensamiento, incluso de un trabajo con las memorias y sus olvidos, que resuena y habilita otros juegos de sentidos. Extraído ese título de un apartado de nuestra Constitución Nacional, proponemos disponer transitoriamente un andamio, un nylon como velo, unas puertitas con indicios de lo que viene siendo pensado para que los visitantes puedan demorarse y leer; y, unas pantallas desde donde personas de diferentes contextos dicen, muestran o reinventan miradas u otros mundos posibles. Se trataría entonces de componer una escena en la que se reinventa el gesto de “estar en obra” y de reunir, en una polifonía de voces, el hilo inmaterial de unas poéticas invisibles y salvajes.
Laurence Cornú, en su manuscrito “Saberes alterados”, deja caer la siguiente afirmación: “estamos efectivamente alterados por los saberes; captados, metamorfoseados, instruidos, construidos desde el interior; la objetivación nos construye como sujetos cognoscentes, nos hace entrar en una formación de uno mismo, así como también en subjetivaciones, lentas o subversivas, conmocionantes o pacientemente tejidas” (Cornú, L. 2010: 52). Estas ideas filosóficas, quizás pueden estar resonando, justo ahí donde lo que se intenta poner en cuestión es esa cierta pretensión de verdad, inscripta en lo duro de la piedra, que pareciera no hacer sitio a otras figuras y devenires. El gesto de ese “estar en obra” re-presentado por los “andamios”, intentaría restituir a la escena, aquellas voces y relatos que expresan otros modos de estar y de vivir junto con otros.
Coordinación: Victoria Ferreyra y Raquel Minetti.
Aportes para la escritura: María Paula Olivieri.
Performance: Cristina Aimaretti y Vicente De Stéfano, con vecino Pascual De Stéfano y Personal del Museo: Gustavo Villalba, Omar Tomasi, Raúl Vidal, Eduardo Sosa y Walter Saucedo, en construcción del dispositivo.
Participantes del conversatorio de Mediadores: Yamila Cabrera, Maira Santillan, María Sol González, Noelia Gómez, Nanci Oviedo, Ignacio Piersimoni, Ignacio Acosta, Nicolás Raynafé, Pablo Biaggini, Facundo Anselmi, Juan Ainbinder, Julia Aignasse, Leticia Amreimj y Pablo Bonetti. Magalí Moyano en fotografía.