En un ejercicio de pensarnos en el cruce de prácticas artísticas y saberes, restituimos poéticas y vecindades, haciendo lugar a lo común. Convocadas desde lo territorial y la grupalidad, problematizamos modos de habitar (nos), generando encuentros y conversaciones, en las cuales entramamos afectos y sentidos.
Atravesar y ser atravesados por los mundos que respiran en una casa, en un club de barrio, en una vereda, en un parque o en un museo. Estar a la escucha de las voces e historias que nos acercan vecinos, trabajadores, artistas, educadores.
Investigar, curar, gestionar, escribir, mostrar, producir obra y relatos son acciones con las que vamos construyendo y materializando proyectos.
Nunca falta la fiesta.