Talleres

Taller de astronomía para niñes y adolescentes | El cielo de mi barrio, CODE.

Talleristas: Yelem Jorge e Ignacio Ingaramo

15 de Junio de 2019 | Primer encuentro

El primer encuentro nos sorprendió con un gran número de niñes muy entusiasmados e interesados en participar y descubrir cosas.
Vimos nuestro sistema Solar. Descripción de cada planeta y sus lunas. Dibujamos entre todos uno.

Elíptica de los planetas.
Y observación de un telescopio. Sus partes y funcionamiento



22 de Junio de 2019 | Segundo encuentro

Misión Apolo II. La llegada del hombre a la luna. Conocimos a los tripulantes de la expedición, sus trajes, el cohete Saturno V y el módulo lunar. Observamos por telescopio a Júpiter y 4 de sus 79 lunas
Proyección de documental “Colisiones cósmicas”


29 de Junio de 2019 | Tercer encuentro

Conversamos sobre un fenómeno astronómico que observaremos en forma total desde varios puntos del país y de manera parcial en el resto. Con filtros especiales vimos al sol, nuestra estrella más cercana.
Vimos el cortometraje, “El autobús mágico”, Capítulo, Viaje al sol.
Por último nos visitó Ricardo quién construye cohetes caseros de agua con demostración incluida!

*En esta oportunidad la escribiente del Sargentito María Paula Olivieri nos cuenta los acontecimientos del encuentro.

Tardecita de invierno. Con un sol que apenas acariciaba. Y unas pinceladas de un gris oscuro, asomándose desde el sur. Un paisaje diferente, al de otras tardes. Pero con el mismo ritual. A una cuadra y media del Sargentito, lo vimos salir de su casa, con un telescopio que casi duplicaba su altura. Su madre, cruzó la calle, en busca de algo. Faltaban dos minutos para que el taller comience. Y él, parecía saberlo. Desde la vereda opuesta, le pegó el grito: “Mamá, te espero en la esquina”. Al rato, no más, ya estaban en el club. Fue el primero en llegar. Después se sumaron, otros tantos. Y, ese inmenso espacio abierto del club de bochas se pobló de niños, que jugaban a ver el sol, a través de un pequeño cristal, que lo oscurecía todo, y que sólo dejaba ver, una esfera, casi perfecta, de un verdear intenso. 


No faltaron a la cita, esos tantos relatos que inventamos los adultos, para contar lo que la ciencia viene estudiando desde hace algún tiempo.  Una narración tenía lugar, mientras ellos proyectaban una luz suave, sobre dos cuerpos, también esféricos, que parecían advenir personajes salidos de un cuento. La luna y la tierra se iban movimiento en ese espacio imaginario. Y, en un juego de luces y sombras, cambian de nombres. Por momentos, estábamos, en presencia de una luna creciente, y por otros, advenía una luna decreciente. 


También viajaron a través de las imágenes de un cortometraje, hacia el núcleo del sol. Y, cuando la historia llegó a su fin, otras tantas se fueron desplegando, en un teatro de sombras improvisados con manos que dibujaban figuras y formas. 


Y la sorpresa, no tardó en llegar. Él apareció en la escena, con dos cohetes inventados con botellas; y, un hombrecito de juguete que hacía las veces de astronauta. Hasta se inventó un paracaídas con un paraguas roto. Les contó de qué se trataba. Cómo los armó. Les acercó alguna palabra o algún que otro signo tomado prestado de la ciencia. Y, en un instante no más, ellos aparecieron gritando de entusiasmo por estar en presencia de un genio. Él enseguida, esquivó esa figura. Y simplemente dijo, que era un mecánico, al que le gustaba, armar cosas con lo que tenía cerquita. Que tenía un hijo pequeño con el que hacía volar esas pequeñas máquinas inventadas. Y que quería mostrarles cómo era que un cohete, podía ser lanzado al espacio.

¿Vamos a ver si los podemos hacer volar? les dijo. ¿Se animan?… Y en un instante no más, ya estábamos todos en el patio.

Apoyado sobre un par de ladrillos, el cohete esperaba ser lanzado al espacio. Guardaba en su interior, sólo un poco de agua. Y, a través de una pequeña válvula conectada a una manguerita que se unía a un inflador de bicicleta, se le iba acercando aire. El agua comenzó a producir burbujas. Hasta que finalmente esa pequeña máquina inventada, fue lanzada al espacio. Quién sabe, si junto con ella, no se abrió la ocasión, para que un niño pequeño o el pequeño del hombre, sintiera por primera vez, eso que apasiona a un inventor o a un astronauta…

Compartimos el registro hecho por Enzo Rodríguez Suárez.


Cámara Oscura | Viaje en el tiempo

11 de junio de 2019

Talleristas: Sol Rodríguez y Victor Giudice.

Una mezcla de cajas de cartón, lupas, cinta de papel, pintura negra y papel vegetal hacen la magia.
Una caja mágica que nos sirve para ver el mundo patas para arriba, el mundo como si estuviésemos soñando. Una caja, refugio, cuevita; caja contenedora de luz, de colores estridentes, de imágenes palpables.


La felicidad en una caja.
Así lo vimos, así lo vivieron lxs que asistieron al taller, armaron sus cámaras, eligieron el tamaño por el que verían el mundo dado vuelta. Unas personas más apuradas, algunas más tranquilas, otras más prolijas. Se respiró trabajo en equipo y buena energía. No faltó quien decidió quemar el cartón con una lupa aprovechando el sol pleno del sábado.


El resultado: un conjunto de cámaras oscuras de distintos tamaños y personalidades a tono con sus creadores. Todxs con una sonrisa regresaron a sus casas con un tesoro de luz.
La magia existe.

🙂


Taller de costura | Zurcido, surfilado. Puntos básicos.

11 de junio de 2019

El Sargentito recibió a Estela Díaz, vecina del barrio quién ofreció sus conocimientos de costura a mano, zurcido, surfilado, ojales y puntos básicos de tejido a dos agujas y crochet.

Una gran artista en el arte de las puntadas y la tramas, nos regaló una tarde agradable donde gente de distintas edades compartieron historias, anécdotas, mucha alegría y risas entre mates y bizcochos.

Compartimos el registro realizado por Sol Rodríguez 🙂